Es el amor lo más dichoso de la vida y, al mismo tiempo, lo más doloroso cuando se extingue, tanto que puede llegar a helarte el alma. Pero, el amor siempre regresa y todo lo que parecía desesperación y desasosiego insufrible se licúa al aumentar la temperatura que viene con él y el alma vuelve a agitarse en un sueño arrebatado, ya que se vuelve a producir de nuevo ese milagro en que, deshelada por el calor de la nueva pasión que vuelve a habitar dentro de ella, es entonces, como escribía Juan Ramón Jiménez, cuando nos reímos de todo lo divino y de todo lo humano, y no creemos en nada más que en la belleza. El amor es como alguien que despierta al alma que duerme aterida de frío; le insufla de nuevo la vida y le hace aumentar la visión de sus horizontes. La poesía que habita dentro de los poemas que componen Deshielo del alma es una poesía que ha nacido de lo más profundo del poeta; es una poesía que suplica que termine el desgarro y el sufrimiento que han producido el desamor, sin perder nunca de vista la esperanza. Es la visión metafórica del hielo y del deshielo. Deshielo del alma, como libro, debe ser apretado por el lector contra su corazón porque los libros son sólo para dar sueños a la vida. En Deshielo del alma se evoca la memoria que es empleada como una manera de poder acceder a un pasado ya perdido que disiente con las fantasías frustradas del presente, pero sin perder de vista ese optimismo puesto en un futuro que está por llegar. Dentro de sus páginas y de sus versos el lector viajará a la vida interior, al placer emocional y al espíritu del alma que se entrecruzan indivisiblemente con la realidad que su autor imagina como si se tratase del mundo de todos, aunque pertenezca al mundo del poeta, y nos propone que estemos en disposición de disfrutarlo y observarlo como lectores con la aspiración de que sean testigos privilegiados de su visión poética.

Número de páginas: 150