Verde que te Quiero Verde
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5 de enero de 2022Lo Que Ya No Importa
Sabía que por la mañana ya no tendría ningún "buenos días", ni de él, ni de nadie.
Pero tampoco lo necesitaba.
Me había quedado sin nuestras charlas por videollamada hasta más allá de la una.
Pero tampoco era importante.
Le había tenido que decir adiós, de una manera que no era la que hubiese querido, la adecuada.
Pero poco importaba ya.
Un "pues nada, gracias y que te vaya bonito" había sido su manera de despedirse. Su última frase para mí. Seguramente la última vez que escucharía su voz.
Pero, sinceramente, tampoco me importaba.
Me despedí con un "lo siento, lo siento un montón".
Y esto creo, que a él, poco le importó.
Y no es que él ya no fuese importante, o aquello que lo rodeaba. Es que, ya no importaba.
Me hubiese gustado poder, porque de verdad que yo quería.
Pero poco importó esto también, porque querer y poder son dos cosas distintas.
Lo Que Sí es Importante
No hice dramas,
ni me sentí desdichada porque, de nuevo, algo no hubiese funcionado.
No me metí en mi papel de víctima, llorando los porqués de que no me saliese como yo esperaba.
Y todo esto, sí importa. A mí me importa.
No es la primera y de sobra conozco yo mi comportamiento. Allí donde pueda generarse un dramón de quejas y protestas por la injusticia de la vida, allí que salía yo disparada.
Pero no, no ha habido nada de eso.
Tan solo saber que tomé la decisión que mi instinto y mi corazón llevaban varias semanas gritándome a los cuatro vientos.
Y tampoco demoré la resolución más allá de lo necesario, tras cerciorarme de que aquellos dos estaban en lo cierto.
No he divagado con lo que me gustaría que hubiese sido y no será.
No me he dejado manipular por mi cerebro y por mi ego, que aún suplica por cubrir sus propias necesidades, que, al menos hoy, no son las mías.
Todo esto sí que importa, porque a mí me importa.
Porque he dejado que mi ser tome la decisión, porque no he permitido que mi ego la clausure.
Porque, aunque me apene, no me he dejado arrastrar por las inercias de mi yo enmascarado.
Porque he tomado una decisión pensando en lo que era más conveniente para mí, para cuidarme yo. Y, además, no ha sido la única que me ha tocado tomar.
Apearse de la Montaña Rusa
Siento que he abandonado esas montañas rusas vertiginosas que tanto mal me han hecho, y que tanto parecía necesitar.
Es probable que siga necesitando de mi parque de atracciones particular, con sus subidas y bajadas y algún looping de tanto en tanto, pero a menos metros de distancia del suelo.
Y como diría él, aunque ya no importa, todo esto es, simplemente, como debe ser y así, así está bien.