Cuestión de organizarse: al final… me tiro
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7 de mayo de 2020Conmigo
Orgasmo conmigo. Estoy tumbada en mi cama, después de tantos días de confinamiento sin calor ajeno. Mi mente vuela sola, imagina, se llena de imágenes lascivas que llevan el calor al centro de mis muslos. Un calor que sube por mi vientre y acaba erizando mi piel, sensibilizando mis pezones que se endurecen y sacando pequeños jadeos de mi garganta. No puedo evitar cerrar los ojos para intentar retener las imágenes de mi cabeza. Mientras bajo mi mano hacia mi sexo. Está caliente, inflamado y sensible.
Comienzo a acariciarlo despacio primero, más intensamente pasados unos segundos. Con mi otra mano pellizco levemente mis pezones, imaginando que me los lamen ávidamente. Permito que la electricidad recorra el camino de mis tetas a mí clítoris. Quiero ese orgasmo conmigo, lo deseo. Arqueo mi espalda, esperando recibir aquello que no recibiré. Mis jadeos se hacen más sonoros a medida que muevo mis dedos de manera circular. Y…llega. Desgarra mi garganta un gemido de placer: el orgasmo conmigo.
No me alivia, sigo anhelando tu piel.